NÍJAR

NIJAR. Población (INE)

NIJAR. Pirámide de Población (INE)

NIJAR. Bienes Inmuebles de Naturaleza Urbana y Uso Residencial 2014-2018 (Catastro)

Níjar. Paro

Níjar. Deuda


Son datos fríos, sin cocina

Información para la toma de decisiones.

Información para el conocimiento.


Níjar es un municipio de 601 km2, en la provincia de Almería situado en el este de la provincia, en la línea de cumbres de Sierra Alhamilla y la costa sudoriental mediterránea, en la zona denominada Campo de Níjar. Es el cuarto municipio más poblado de la provincia por detrás de Almería, Roquetas de Mar y El Ejido. Se encuentra situada a una altitud de 356 m y a unos 30 km de la capital de provincia, Almería. El municipio de Níjar es conocido también como Comarca de Níjar, es uno de los más extensos de España. Los núcleos con mayor número de habitantes se encuentran en Campohermoso, San Isidro, la Villa de Níjar y San José en época estival.

Sistema de asentamientos

En la comarca de Níjar se encuentra el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, dentro de cuyo territorio se encuentran las siguientes localidades: San José, Pozo de los Frailes, Los Escullos, Rodalquilar, Las Hortichuelas, Las Negras, Agua Amarga, La Isleta del Moro, Fernán Pérez y la Boca de los Frailes. El Parque constituye uno de los parajes de mayor riqueza geológica de España, reconocido con la denominación de Geoparque por la Unesco en 1999.

Ecosistemas almerienses

En cuanto a turismo destaca el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar con una extensión de 37.500 ha terrestres y 12.012 marinas, del que el municipio de Níjar posee el 71% del total del Parque, siendo el que más ocupa con alta diferencia. Níjar se caracteriza por ser el único municipio de la Provincia de Almería en cuanto al mayor número de playas y calas (más de 40) y más de 50 rutas guiadas donde se pueden practicar actividades como senderismo, buceo, windsurf, piragüismo, o bicicleta a lo largo de 63 km de costa

​La Comarca de Níjar está rodeada por los municipios almerienses de Lucainena de las Torres, Sorbas, Tabernas, Turrillas, Uleila del Campo y Viator.

Durante las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado se fundan como pueblos de colonización, dentro de los proyectos del Instituto Nacional de Colonización y posteriormente del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario, los poblados de Campohermoso, San Isidro, Atochares y Puebloblanco.

‘El milagro económico’ de Almería, ligado a la agricultura intensiva bajo plástico ha supuesto una alternativa de desarrollo económico y social para áreas deprimidas en tierras áridas, basado en una agricultura intensiva con una amplia base tecnológica.

Esta iniciativa pública produjo una transformación sin precedentes del medio rural de nuestra provincia; que fue determinante en el desarrollo agrícola, económico, social y demográfico de Níjar.

Todo esto ha transformado nuestro municipio, pasando de ser tierra de emigración, marginación y miseria a convertirnos en un municipio dinámico, con unas altas tasas de crecimiento, riqueza, desarrollo y un brillante futuro que ha multiplicado nuestra población, la cual hoy día se concentra casi al 50% entorno al corazón geográfico y económico que constituyen los núcleos de Campohermoso y San Isidro.

San Isidro. Poblado de Colonización

Campohermoso. Poblado de Colonización

Puebloblanco. Poblado de Colonización

 

 

 

Níjar. Playas

Las playas de: San José, Playa de Monsul, Playa de los Genoveses, Playa de Las Negras, Cala de San Pedro y El Playazo de Rodalquilar suelen ser las más visitas y conocidas de esta comarca.

Hay muchas barriadas turísticas dentro del Parque Natural como Las Negras, La Fabriquilla, La Isleta del Moro, Agua Amarga, Rodalquilar… Aunque la más poblada es el núcleo de San José donde viven casi 1.000 habitantes censados, población que llega a multiplicarse en verano y que puede llegar hasta más de los 20.000. En cuanto a alojamientos hay una importante oferta de apartamentos y casas en alquiler, además de hoteles, algunos de alta categoría, en el núcleo de San José.

La más antigua referencia humana de la comarca se ha encontrado en los Escullos, donde restos de talla en piedra nos remontan al periodo Mesolítico, hace 10.000 años y, aún más allá, hasta el Paleolítico. Pero es en el Neolítico final en la Edad del Cobre (3000-2000 aC) cuando se producen los primeros asentamientos colectivos de importancia, pertenecientes a la “Cultura de los Millares” (2500-1800 aC) y, ya en plena Edad del Bronce, a la “Cultura del Argar” (1800-1300 aC). Estos pobladores se instalaron cerca de las minas, abundantes en la zona, en emplazamientos naturales donde encontraban agua y abrigo. Ambas culturas están hoy consideradas entre las más interesantes de Europa Occidental para el estudio del periodo inicial de la metalurgia. Su decadencia se produce durante el Bronce final (1000-800 aC), cuando Tartessos en la desembocadura del Guadalquivir toman el relevo cultural de Occidente.

En el Barranquete se halla la necrópolis más importante de la comarca con 11 enterramientos en Tholos excavados, datados en el año 2330 aC. Era un pueblo megalítico capaz de desarrollar costumbres complejas basadas fundamentalmente en la industria del sílex y en la economía agrícola, introduciendo la importante novedad de la extracción y manipulación del cobre, convirtiéndose en cultura puente hacia la edad de los metales. El uso de la piedra mampuesta en murallas, fortines y enterramientos tumulares, la cerámica, decorada con motivos solares, los objetos de influencia oriental hallados en las tumbas y la explotación de los recursos mineros, caracterizan a estos primeros pobladores.

Sin ruptura drástica, aunque con notable evolución urbanística, aparece la cultura del Argar para sustituir a la de los Millares. Estos pobladores se caracterizan por la explotación y comercialización ordenada de los yacimientos minerales, los avances en técnicas agropecuarias, las vías de comunicación y logros de organización social fronteriza. No existen necrópolis, pues pasaron a enterrar a sus muertos individualmente en cistas o “Pithoi” (pithos). En la comarca de Níjar se han hallado yacimientos en el Marchal de Inox y el Cerro de los Tiestos, en el poblado de la Molatilla cerca de Las Negras, en Hortichuelas y cerca, en Sierra Alhamilla, en el cerro del Rayo y el cerro de Enmedio. Aparece ahora la planta cuadrada en la vivienda coexistiendo con la circular en lo que parece una mezcla de tradiciones de dudosa explicación.

El Cabo de Gata, al que los Fenicios llamaron Promontorio Charidemo (Promontorio de las Agatas), fue lugar de paso hacia Tartesos en su ruta de comercio. Fundaron Gadir (Cádiz) y situaron poblados y factorías desde Málaga a Villaricos, al norte de Almería. Aunque no se conocen restos materiales en la comarca, algunas citas hacen suponer una vía de comunicación entre ambas colonias a través de los campos de Níjar. Expertos en la exportación de las riquezas minerales que hallaban en sus expediciones, los fenicios introdujeron los avances culturales de Egipto, Siria, Mesopotamia, etc.: creencias en el más allá, representación de la naturaleza en la decoración, cerámica a tormo, metalurgia del hierro, la escritura, industrias; en definitiva, las primeras bases sociales.

Durante el s VI aC, la capital fenicia se traslada de Tiro a Cartago (Túnez); nace el período Púnico o Cartaginés y se inician los primeros intercambios comerciales con Grecia. En Huebro acampaban los púnicos y de esta época parece datar un templo en el Cabo, dedicado a una diosa marítima, tal vez Tartesia, que los griegos identificaron con Afrodita.

En la `Ora marítima`, de Avieno se explica que después del `promontorius Pityussa` (punta del sabinar) y del `sinus Urcitanus` (Golfo de Almería) se llegaba al `promontorium Veneris` o montaña de Venus (Cabo de Gata). Según Schulten el «lugun Veneris«, santuario de la Afrodita griega que también conocieron los romanos adjudicándolo a su Venus, debió estar situado en el Cerro de la Testa, en el mismo Cabo.

Entre 535-264 aC el Sureste de Iberia estuvo bajo la hegemonía púnica y la de sus famosos generales Almílcar, Asdrúbal y Aníbal. Tras las luchas de griegos y cartagineses, estos últimos pactaron con Roma (348) su control desde Mastia (Cartagena) hacia el oeste sobre Andalucía.

Con intereses mineros en Baria (Villaricos), Malaka, Sexi (Almuñécar ) y Abdera (Adra), la comarca de Níjar fue seguramente zona de paso, en la que no han quedado apenas referencias documentales ni arqueológicas.

Avieno nos habla de la zona: `Al este del Guadiaro viven los feroces libifenices y los masienos. De Menaca (Málaga) al Cabo de Venus, se levantaron en otro tiempo numerosas ciudades con una muchedumbre fenicia después del Cabo se extiende un litoral vacío de habitantes y de suelo abyecto`. En la época de esplendor de la cultura ibérica, liderada aquí por los pueblos Bastetanos (Baza) que supieron resistir a tanta influencia externa, se tradujeron los estímulos culturales recibidos de manera autóctona y personal.

El ejército romano estaba entonces a punto de desembarcar en la costa de Gerona.El desembarco de Roma en Ampurias (Gerona), en el año 218 aC, supondría el final del mundo cartaginés, llevando al Mediterráneo a un destino común: la unificación romana. Abundan los restos materiales de la época: cepos y ánforas en el Cabo de Gata y playas de San José, Cala Higuera, Escullos y Rodalquilar; villas, fábricas de salazón, enterramientos y restos de calzada romana y obras hidráulicas. La ocupación tardó 150 años en consolidarse, coincidiendo con la paz de Augusto. Hasta entonces, el interés de Roma giró en torno a la metalurgia en el Sudeste y en Níjar al oro de Rodalquilar, la actividad pesquera y las salinas. Los aljibes fueron realizados para el cultivo local y para abastecerse en las rutas hacia el interior.

Durante el año 711 y hasta 1492, Andalucía, será una sociedad árabe, con fases de dominio militar y cultural muy diferenciados.

Del 711 al 755 se vivió en la región un periodo de inestabilidad que acabó con la llegada del emir Abd-al-Rahman Y “el Emigrado” (756-788). Este ordena construir una torre vigía en la Chanca, sobre el actual puerto de Almería, y capta el apoyo de los Banú Hasán, tribu de yemeníes: la antigua Urci visigótica se convierte ahora en Urs-al-Yaman, “Urci de los yemeníes”, con capital en Pechina, al Norte del Almería. Abderramán II (822-852) amplio el puerto con la construcción de un arsenal, en la llamada “guerra de la Hoja de la Parra”, conflicto nacido en Lorca entre árabes del Norte y tribus Yemeníes, desterró a estos últimos que se instalaron con sus hermanos en Pechina. Entre los años 840 y 861, los constantes ataques normandos animaron al emir Omeya a construir fortalezas defensivas en la costa. La primera y más famosa se situó en Qabit Bani Aswad (Cabo de Gata), probablemente en la Fabriquilla. Este ribat (fortaleza de vida mística y querrera), hoy desaparecido, será la primera construcción comunal islámica de importancia en la comarca de Níjar. Junto al ribat de la Chanca, sirvió para afianzar el florecimiento de la provincia. Su defensa se confió a la familia de los Banú Sirach (“los hijos del sillero”), conocidos posteriormente como los Abencerrajes, quienes compartían con judios, muladíes (conversos al islam) y mozárabes el control del valle de Pechina. Al final del gobierno de Muhammad I (852-886) se produce la llegada de “los Marinos mozárabes y muladíes españoles que habían huido de Cartagena, en la Cora de Tudmir (Murcia). Pasados los conflictos iniciales de convivencia, ambos grupos pactaron el nacimiento de la República marítima y comercial de Pechina, independiente de la Cora de Elvira (Granada) y hermanada con Túnez y El Magreb para el control del Mar de Alborán. Se centralizó la actividad en el fondeadero de la Chanca, comerciándose con esclavos, artesanía, productos agrícolas y tejidos; es la floreciente época de La Seda. Los árabes de Elvira atacaron Pechina en represalia, solicitando protección a Córdoba a cambio de vasallaje. El emir Abd-Alláh (888-912) accede a incorporar Pechina al gobierno central Omeya, creando la Cora de Bayyana. Se fortificó Marchena y La Chanca en torno a Al-Mariyat (traducido por unos como “torre vigía” y por otros como “La del mar de espejo”) y toda la zona desde Alhama hasta Níjar por la costa y al Norte hasta Purchena, creando un total de veinte plazas fortificadas, dándose aquí y ahora la orden de fundación de Níjar sobre las ruinas de un remoto pasado.

En 912, subió al trono el emir Abderramán III, Al Nasir “El Protector”, que se proclamará Califa en el 929 y reinará hasta el 961. Decidido a terminar con la inestabilidad de Al-Andalus, inaugura una etapa de esplendor que durará casi un siglo. De su reinado interesa resaltar que en el 915, la República de Pechina se somete totalmente al poder central del nuevo Califa, aceptando a un cadí cordobés como gobernador de la cora. Se consolida el sistema de torres y alcazabas (fundación árabe de Níjar) para hacer frente a la amenaza de los fatimíes, quienes tras largos años de hostilidades atacaron Almería en el 955,. Estas incursiones animaron al Califa a fortificar la Medina de Almariya, propiciando la fundación de Almería capital y el comienzo de la decadencia de Pechina. Siguieron años alternativos de crisis y esplendor, reinos de Taifas, (1010-1091) con Jayrán, gobernador de Almanzor, Zuhayr Almotacín (1037-1091), los almorávides (1091-1147), alfonso VI y VII, con la primera conquista cristiana (1147-1157) y la reconquista almohade (1157-1238). De todo ello podemos citar como episodios genuinamente nijareños el desembarco de los genoveses en 1147, en la playa que hoy lleva su nombre, cuando Alfonso VII, al mando de una flota confederada cristiana, se decidió a terminar con el pirateo incontrolado que realizaba la República de Pechina en el mar de Alborán.

También debió sucumbir Níjar en 1169, al caer Almería en manos de Ibn Mardanis “el rey lobo”, aliado de Alfonso VII.

En 1225 Ibn Hud de Murcia se alza contra los almohades de Almería y en 1228 conquista Níjar, con otra posible destrucción de la fortaleza. Desde entonces hasta 1488, se instala el reino Nazarí de Granada, durante el cual se fundan los castillos de Huebro, Inox y Tarbal, las torres vigía de la costa y el fuerte de Rodalquilar. De esta época tenemos noticias sobre Al-Hawan, Agua Amarga, como asentamiento humano estable (1348), y del fondeadero de Chávala (San Pedro).

No volvemos a saber de Níjar hasta cuando capitula su taha, que incluía también Turrillas y Lucainena en el verano de 1488 ante las tropas de los Reyes Católicos. Debe datar de este momento la adopción de San Sebastián como patrón de Níjar y a él se consagró una ermita, hoy desaparecida, que se alzaba al inicio de la cuesta de la actual calle de la Carrera.

Cayó Almería en 1489 y Granada en 1492, finalizando 8 siglos de cultura árabe. Con el s. XVI se inicia el periodo Morisco.

La capitulación de Granada en 1492 garantizaba a los derrotados libertad de culto musulmán. Los mudéjares convivían con los cristianos desde el s. XI, respetándose sus costumbres, mezquitas, casas y trabajo a cambio de tributo. Aparecen ahora los abusos de los colonos cristianos que acaban con una revuelta en Níjar en 1501, esclavizando y vendiendo a sus pobladores. La ley pragmática de 1502 obliga a los mudéjares a abjurar de su religión o el exilio. Los que se quedaron, aunque aferrados a su fe y costumbres, se llamaron moriscos. Conoció Níjar una difícil etapa de convivencia (1502-1568): los cristianos viejos aprendieron técnicas agrícolas de regadío de los moriscos, el cultivo del moral y la morera para la actividad artesanal del tejido de seda; la carpintería, el esparto, la alfarería y también el pastoreo comarcal de cabras, lanar y vacuno desde la sierra a los llanos de la costa.

Se comienza a construir la iglesia, con 3 naves, aprovechando la dimensión de la torre fortaleza de la antigua mezquita: cabecera con arco apuntado y coro trasero, muros encalados y techo artesonado de magnífica conservación y belleza. La iglesia de Huebro era de parecidas características.

Lucainena, Turrillas, Níjar, Inox, Tarbal y la Matanza fueron los principales núcleos habitados hasta la sublevación morisca de 1568 y la expulsión definitiva en 1570.

Durante las revueltas de Navidad de 1568, las familias moriscas de toda la comarca de Níjar se refugiaron en el castillo del Peñon de Inox, a la espera de embarcar hacia África. Informados los cristianos, llegaron con ejércitos de mercenarios saqueadores venidos de toda la península, tomaron el cerro y obtuvieron 3000 esclavos entre mujeres y niños. Fue el célebre “negocio de Inox” concluido junto al que hoy se recuerda como “el poblado de la Matanza”. Después de esta guerra la población de Almería quedó reducida a 7000 habitantes.

En 1571, Níjar contaba con una población morisca dispersa, oculta en las sierras. Salvo la villa, todos los pueblos estaban abandonados desde Almería a Mojácar (1574). Llegaron escalonadamente repobladores desde Cazorla, levantinos, castellanos, aragoneses y extremeños, en total 170 personas (cuarenta y cinco eran soldados). La repoblación fracasó y tuvieron que pasar más de cien años para que la comarca recobrara la población de la etapa morisca. Comenzaba el s. XVII, el siglo oscuro de Níjar.

A partir del año 1600, el hábitat de la comarca fue configurado de forma definitiva por los asaltos de los bereberes y piratas desde la costa, por fuertes y frecuentes terremotos, plagas de langosta, peste y los inmensos rebaños (hasta 600.000 cabezas de ganado) de las oligarquías ganaderas de Granada y Baza. (la Mesta, heredera de las rutas de trashumancia nazaríes) que venían a pastar en la comarca, colaborando en la desertización del paisaje.

A mediados de s. XVIII Carlos III promulga el reglamento de defensa de la costa.

Existían, desde la expulsión de los moriscos, fuertes (San Pedro y San Ramón en Rodalquilar) que contaron con guarnición y varias torres que, desatendidas por inseguras, no sirvieron para estabilizar la región. Antes de finalizar el siglo, se restauran y construyen otros nuevos como el castillo de San Felipe en los Escullos (1771); el de San José, del que hoy sólo quedan los cimientos; San Ramón, en el Playazo de Rodalquilar, y San Francisco de Paula, en el Cabo de Gata (desmantelado). Hasta este momento los asaltos de piratas y desembarcos de naves africanas tuvieron en vilo a la Compañía de Milicia urbana de Níjar, que atendía desde la Torre de Mesa Roldán hasta la de la Vela Blanca y el Castillo de San Francisco de Paula en Cabo de Gata. La mejora proporcionada por este sistema favoreció la consolidación de núcleos de población como Fernán Pérez, Pozo de los Frailes, Escullos, Cala Higuera y los pescadores de la Almadraba de Cabo de Gata, inaugurándose un nuevo esquema de hábitat ajeno al modelo heredado de la etapa islámica. En la última década del siglo se crea el Marquesado de Campohermoso.

Desde ahora y hasta mediados del XIX la ganadería y el secano cerealista, la pequeña propiedad y la dispersión parcelar se adueñaron de la comarca, generándose un aumento de la población.La tecnología de los s. XIX y XX posibilitó nuevos métodos de extracción, manipulación y transporte de minerales. Las minas volvieron a rendir. Se construyeron ferrocarriles, cables, descargaderos, poblados, acueductos, faros y carreteras. Una apariencia de prosperidad volvía a las sierras del Cabo de Gata, la población aumentó a 14.000 habitantes (1900). Es la época de las canteras de plomo, cuando cables transportadores iban desde los riscos del Colativí y Huebro hasta Cabo de Gata y el ferrocarril de Lucainena llevaba mineral al descargadero de Agua Amarga. Duró hasta 1930, cuando comienza la fase del oro en Rodalquilar. Al iniciarse la explotación los vecinos llegaban al millar; al finalizar, en los años 60, el poblado estaba abandonado. Hoy, al igual que las explotaciones de Sierra Alhamilla, son sólo testigos silenciosos del pasado.

Rodalquilar ofrece los elementos propios de la explotación de un yacimiento de oro; poblado de trabajadores, con iglesia y viviendas de sabor colonial, escuela, cuartel, almacenes, edificio de lavado, molido y pulverización, bancadas para la cianuración, cubas cilíndricas de precipitación, grandes estructuras de hormigón armado teñido en tonos rojizos, por efecto del óxido y un paisaje de roca lavada en forma de pequeños cañones. Es un ejemplo de arqueología industrial de insólita y sugerente belleza.

La historia de la comarca de Níjar, desde 1970, aún está en fase de cristalización.

SITUACIÓN GEOLÓGICA DE LA CUENCA DE ALMERÍA – NÍJAR

La Cuenca de Almería-Níjar ha constituido una cubeta sedimentaria marina desde hace 15 millones de años, momento en que se produce la emersión de los relieves que hoy constituyen el macizo de Sierra Nevada y la sierra de los Filabres, a cuyos pies se situaba la línea de costa.

En esta época, por tanto, la Cuenca de Almería no se encuentra individualizada de la de Tabernas o Sorbas. A esta cuenca marina abierta llegaban los sedimentos procedentes de la desmantelación de los relieves emergidos a través de grandes aparatos fluviales que generaban extensos abanicos submarinos sobre la plataforma marina, mientras que los volcanes de Cabo de Gata se encontraban el plena actividad, conformando probablemente un cálido archipiélago volcánico.

Será algo más tarde, hace unos 7 millones de años, cuando el levantamiento de la Sierra de Gador y de la de Alhamilla provocan la individualización de la Cuenca de Almería-Níjar, al sur de las mismas y entre los relieves volcánicos emergidos de Cabo de Gata.

Sierra Cabrera, emergida hace 5,5 millones de años, la separará definitivamente de las cuencas de Sorbas y Vera.

La Cuenca de Almería-Níjar abarca, por tanto, a las actuales tierras bajas comprendidas entre Sierra de Gádor, Sierra Alhamilla y Sierra Cabrera y la línea de costa, incluyendo los relieves volcánicos de la Sierra de Cabo de Gata.

Un territorio que ha constituido durante los 15 últimos millones de años un fondo marino sobre el que ha quedado un registro sedimentario, con unas inmejorable condiciones de observación, excepcional para comprender la evolución en este tiempo de la cuenca mediterránea y de sus cambios geográficos, climáticos y ecológicos.

El Complejo Volcánico de Cabo de Gata

El Complejo Volcánico de Cabo de Gata es el elemento de mayor tamaño de todas las manifestaciones volcánicas del sureste español. Se continúa ampliamente bajo el Mar de Alborán, y ha sido traído hasta su posición actual por el funcionamiento de la Falla de Carbonera -Serrata. La mayor parte del volcanismo de la Cuenca de Alborán está en la actualidad sumergido. Los edificios volcánicos de Cabo de Gata también presentan signos de haberse generado, en una buena parte al menos, bajo el mar. Algunos de los edificios volcánicos mayores pudieron crecer lo suficiente como para alcanzar la superficie, formando islas de origen volcánico rodeadas de plataformas sedimentarias marinas.

La edad del Complejo Volcánico de Cabo de Gata se conoce a partir del estudio de los fósiles presentes en las rocas sedimentarias asociadas a los elementos volcánicos y a partir de la datación con isótopos (sobre todo potasio/argón) en las rocas volcánicas. La actividad volcánica se desarrolló en un amplio periodo que va desde unos 14-15 hasta unos 7,5 millones de años (es decir, Mioceno Medio y Superior). Durante ese intervalo la actividad volcánica ocurrió en varios ciclos. Los elementos volcánicos mejor conocidos y conservados son los más recientes, producidos entre hace unos 9 y 7,5 millones de años.

La base del Complejo Volcánico aflora en algunos puntos (Serrata de Níjar y Carboneras) y está formada por rocas del basamento bético (rocas carbonatadas y filitas del Complejo Maláguide y Alpujárride) y algunos sedimentos marinos (margas) del Mioceno Inferior-Medio. A techo, la actividad volcánica esta fosilizada por el depósito de sedimentos marinos del Mioceno terminal (arrecifes del Messiniense).

LOS SISTEMAS HIDROTERMALES

Los sistemas hidrotermales asociados al Complejo Volcánico de Cabo de Gata han generado importantes mineralizaciones de interés económico cuyo beneficio ha dejado una marcada impronta en la historia y en el paisaje de este territorio. Sin duda el yacimiento más célebre es el de oro de Rodalquilar, explotado hasta época muy reciente. Han existido, sin embargo, otras explotaciones de menas metálicas como las de plomo y zinc, cobre o manganeso .

También asociadas a estos sistemas se han generado otras mineralizaciones no metálicas de interés comercial. Las bentonitas son actualmente las más importantes. Antaño se benefició la alunita, mineral (sulfato de aluminio y sodio o potasio) que se concentra en filones purísimos de color amarillento cortando la roca volcánica alterada, de color blanco y aspecto pulverulento. Tiene numerosas aplicaciones industriales, entre otras se utiliza como fuente para la producción de alumbre, para el curtido de cueros, etc.

Los procesos hidrotermales son un fenómeno frecuente en áreas volcánicas. Se producen cuando un cuerpo magmático no llega a salir a la superficie, enfriándose lentamente a centenares de metros o pocos kilómetros de profundidad. En estas condiciones, el cuerpo subvolcanico suministra calor al entorno, que alcanza temperaturas de hasta unos 400-500º C, y emite gases y fluidos ricos en ácidos, como el clorhídrico o el sulfuroso (entre 200 y 350º C). Estos fluidos hidrotermales ascienden a través de las rocas encajantes, las transforman (alteración hidrotermal) y lavan (lixivian) de ellas muchos componentes químicos, como el oro y otros metales que originalmente están muy dispersos en las rocas. Al llegar a zonas más superficiales los fluidos se enfrían y mezclan con aguas subterráneas o de origen marino, lo que provoca que los metales y otros componentes disueltos precipiten en grietas y fracturas, formando yacimientos hidrotermales, como el célebre de oro de Rodalquilar.

En Cabo de Gata, los principales depósitos hidrotermales de oro se sitúan en el Complejo de Calderas de Rodalquilar, asociados a una zona de intensa alteración hidrotermal. Esta zona de alteración se produjo por intrusión y enfriamiento, bajo las calderas, de un cuerpo magmático. Los fluidos hidrotermales aportados por este cuerpo lavaron el oro en profundidad y aprovecharon las numerosas fracturas existentes en las calderas para circular y depositar el oro en las zonas más someras. La edad de formación de los depósitos se estima en torno a unos 10,4 millones de años.

Las calderas volcánicas de Rodalquilar

Uno de los edificios volcánicos más significativos del Complejo Volcánico de Cabo de Gata es el de las Calderas de Rodalquilar, en el centro de las cuales se alojan los conocidos yacimientos de oro. En Rodalquilar se da la superposición o anidamiento de dos calderas sucesivas, la mayor es la Caldera de Rodalquilar, y dentro de ella se sitúa la Caldera de la Lomilla (denominada así por la Lomilla de Las Palas). Ambas calderas son estructuras de colapso producidas por erupciones de alta explosividad, que dieron lugar a dos grandes unidades de rocas piroclásticas, las llamadas Ignimbritas de Cinto y las Ignimbritas de Lázaras, respectivamente. Las calderas son estructuras de colapso que se producen cuando, durante una erupción de gran magnitud, la cámara magmática se vacía muy rápidamente y su techo se hunde, dejando una depresión groseramente circular.

EL ORO DE RODALQUILAR. EL DESCUBRIMIENTO (finales del siglo XIX-1939)

La existencia de oro en el distrito almeriense de Rodalquilar fue descubierta casualmente a finales del s XIX. El oro se detectó en las fundiciones de plomo de Cartagena y Mazarrón, que utilizaban el cuarzo procedente de las minas de plomo de Cabo de Gata como fundente. Los fundidores de Mazarrón empleaban el cuarzo aurífero, y con el escaso contenido en oro financiaban los gastos de transporte.

En un ambiente de auténtica fiebre del oro se registraron en esta época numerosas concesiones que dieron lugar a multitud de litigios y que retrasaron la consolidación minera a lo largo de todo el siglo XX. Esta primera etapa del descubrimiento del oro de Rodalquilar, y el desarrollo de las primeras minas, coincide con la gran crisis económica almeriense: la emigración hacia Argelia y, posteriormente, con destinoa América, la caída de la minería del plomo y, más tarde, la del hierro, y la crisis del mercado de la uva. La sociedad inglesa Minas de Rodalquilar trató hasta 1939 un total de 107.000 toneladas de roca mineralizada, obteniendo 1.125,5 kg de oro. De ellos tan sólo 39 correspondieron al periodo 1936-1939.

EL SUEÑO (1940-1966)

En 1940, el Estado decretó la incautación de las minas, encomendando las tareas de investigación al Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que actuó sobre los antiguos filones ya explotados sin resultados favorables. Hasta 1942, fecha en que terminó su actuación, se beneficiaron un total de 37 Kg de oro.

A finales de 1942 el Instituto Nacional de Industria (INI), a través de la Empresa Nacional Adaro de Investigaciones Mineras (ENADIMSA), amplía e intensifica las investigaciones, abandonando los filones y centrando los trabajos en la zona del Cerro del Cinto, donde la mineralización se presentaba en forma de diseminado en la masa de rocas volcánicas ácidas, cubicándose una masa de 4.000 toneladas de roca mineralizada con 4,5 gramos de oro por tonelada.

Hasta 1966 Rodalquilar vivió su sueño dorado. Su población llegó a alcanzar los 1.400 habitantes. Contaba con servicios poco frecuentes para la época en las poblaciones del entorno, cine, club social, economato, escuela, etc.

En los primeros años de actividad de este período trabajan en Rodalquilar del orden de 700 obreros, gran parte de ellos dedicados a la construcción de las infraestructuras e instalaciones. Terminadas éstas, permanecieron en la explotación entre 200 y 300 trabajadores. ENADIMSA continuó, en un principio, con el sistema de extracción por minería subterránea que habían implantado los ingleses. En 1961, sin embargo, se acometen las primeras labores a cielo abierto en el Cerro del Cinto.

Durante esta etapa el peso de la producción de oro en España lo lleva Rodalquilar, con más del 90% de la producción total. Sin embargo este sueño duraría poco. La inversión exigida por la puesta en marcha de nuevas explotaciones y el alza de los salarios de la década de los 70′ elevaron considerablemente los costes de producción en un yacimiento ya de por sí difícil por la distribución extremadamente irregular de las leyes. Todo ello forzó el cierre de las explotaciones en 1966.

LA REALIDAD (1967-1990)

El cierre de las minas en 1966 acabó con la época de esplendor. Poco después la población descendió vertiginosamente hasta los 75 habitantes, cifra casi similar a la actual. Después de la explotación llevada a cabo por ENADIMSA en la época anterior, las concesiones y permisos retornan a sus propietarios. Aún así perduran las investigaciones durante esta época, realizadas tanto por empresas mineras nacionales como, en mayor medida, extranjeras. Este período se caracteriza por la intensa investigación del distrito minero de Rodalquilar, pero haciendo énfasis en los modelos genéticos de la mineralización de oro.

A pesar de todo ello la realidad se impone, aunque se estiman aún unas reservas de unas 3 toneladas de oro pendientes de beneficio, su explotación no es rentable dada la complejidad del yacimiento.

PROCESOS MINEROS EN RODALQUILAR

La explotación de oro en Rodalquilar se ha realizado mediante 2 métodos bien diferentes, tanto por lo que se refiere a la extracción como a la recuperación del preciado metal.

La minerías del s XIX y de comienzos del s XX se realizó explotando interiormente filones cuarcíferos de alta ley mediante galerías y pozos. Por el contrario, la minería llevada a cabo por la Empresa Nacional ADARO desde 1956 se caracteriza por la explotación combinada de explotaciones de interior, con alta ley (más de 5 g/t), y cortas o canteras al exterior, con ley más baja (1 a 1,5 g/t). La mezcla de ambos productos permitía obtener leyes medias de 3 g/t, óptimas para el tipo de planta de recuperación con la que se trabajaba.

En las últimas décadas del siglo XIX y comienzos del s XX, la recuperación del oro se realizaba por medio de fundiciones en hornos de cuba o reverberos obteniendo una amalgamación de plomo rica en oro y plata. En la segunda mitad del s XX la recuperación se realizaba por medio de hornos eléctricos, después de concentrar mediante lavados con soluciones cianuradas.

El desembarcadero de Agua Amarga

El amplio desarrollo de la actividad minera durante el s XIX y primeras décadas del XX en la provincia de Almería condicionó la existencia de una red de ferrocarriles mineros de la que en la actualidad tan sólo se conservan vestigios. Una de estas líneas es la de Lucainena-Agua Amarga. En el ámbito del Parque pueden verse aún tramos de la vía férrea, conservándose, aunque muy deterioradas, las instalaciones del embarcadero de mineral de Agua Amarga. Éste constituye, junto con Rodalquilar, uno de los dos elementos de máximo interés arqueo-industrial del Parque

Decidida la realización de la obra, en marzo de 1894 se ultima la redacción del proyecto, firmado por D. Cayetano Fuentes, y el 18.2.1895 se otorga la concesión, mediante Real Orden, con carácter de ferrocarril económico sin subvención del estado y por un período de 99 años. No obstante, en Septiembre de 1894 habían dado comienzo las obras de construcción del ferrocarril y, un mes más tarde, la compañía vizcaína anunciaba la compra de 63.000 traviesas de roble.

Las obras van avanzando y, a mediados de 1895, se halla terminado el muelle-embarcadero. Finalmente, en Marzo de 1896, se concluyen las obras. En Mayo se expide el primer cargamento de mineral acumulado en los depósitos de Agua Amarga a bordo del vapor ALBIA

El costo de las instalaciones del ferrocarril fue de 3.500.000 pts, los depósitos de mineral supusieron un gasto de 160.000 pts y el embarcadero 265.000 pts. La inversión total de establecimiento fue de 3.675.000 pts, con un coste medio de inversión de 100.000 pts/km.

En 1901 el transporte de mineral por ferrocarril suponía un costo de 0,025 pts /tonelada y kilómetro y el embarque 0,123 pts.

Aunque la empresa minera mantuvo un buen nivel de actividad durante la primera década del s XX, en la segunda el mercado comienza a no ser tan favorable. En los años que siguieron a la Primera Guerra Mundial tiene lugar una grave crisis siderúrgica en Europa y en España, que supuso una durísima prueba para la minería nacional del hierro.

En 1919 y 1920 los depósitos de Agua Amarga está repletos de un mineral que nadie compra. A estas dificultades se unen la competencia de los minerales norte-africanos, las mejoras salariales que comienzan a introducirse por esas fechas e incluso la falta de personal debida a los fuertes movimientos migratorios registrados en la provincia de Almería en esa época.

La compañía aguantó una marcha descendente hasta que en 1931, y ante la imposibilidad de exportar sus hierros, se ve obligada a suspender temporalmente la circulación del ferrocarril. La actividad se reanuda esporádicamente, pero en 1936, con el estallido de la Guerra Civil, la situación se agrava. Durante los 3 años de contienda las minas y el ferrocarril quedan en manos de los propios trabajadores, aunque sin gran actividad. En 1939 se reinicio el tráfico por ferrocarril hasta que la actividad cesó por completo en 1942, fecha en que el vaporBartolo cargó por última vez en Agua Amarga. Poco más tarde se comenzaron a desmantelar las instalaciones mineras y ferroviarias.

La Cuenca de Almería-Níjar. Rasgos geológicos. Juan C. Braga y José M. Martín

Minas de Rodalquilar

Localizado en la Cuenca de Almería–Níjar, una cubeta sedimentaria marina. El valle de Rodalquilar, también conocido como caldera de Rodalquilar,presenta  forma casi circular, con una extensión de 8 km de largo por 4 km de ancho, flanqueado por pequeñas elevaciones montañosas en todos los flancos salvo uno de sus extremos que se abre al mar.

Se encuentra probablemente en el campo volcánico neógeno más importante de la Península Ibérica. Las erupciones que se sucedieron a lo largo de épocas muy diferentes, de 15 a 7 millones de años, han dejado distintos procesos de alteración y mineralización, tales como las alunitas.

La presencia de aljibes y norias dan testimonio de la actividad agrícola y  ganadera de este territorio. No obstante la caracterización de su paisaje es eminentemente minera,  asociado en este caso fundamentalmente a la extracción de oro. No obstante la presencia de afloramientos de alunitas que fueron aprovechados y explotados mediante galerías, para su posterior trasformación mediante calcinaciónhan dejado huella en algunas áreas del territorio. Con los sulfatos hidratados de aluminio y sodio o potasio se obtenía el alumbre, de gran importancia por su uso como mordiente en la industria textil, para la fijación de los tintes.

La actividad minera en Rodalquilar es perceptible en la tierra horadada, así como en el numeroso y  amplio patrimonio heredado del siglo de explotación que ha estado abierto, afrontando una nueva época bajo el manto del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, sin renunciar a su pasado minero.

Las agrestes y áridas características de este paisaje han sido apreciadas por el cine de Hollywood, convirtiéndose en localización de películas tales comoespagueti westerns (la muerte tenía un precio) o de aventuras como Indiana Jones y la Última Cruzada.La cercanía de hermosas playas como el Playazo, así como las playas más emblemáticas de Almería, Genoveses y Mónsul, situadas a pocos kilómetros convierten a este paisaje en un lugar con gran potencial turístico.

Si bien la minería del oro no se desarrolla en este punto hasta el  XIX se constata  la existencia de actividad minera en la zona  al menos desde el s XVI. En el Playazo se instaló una fábrica de alumbre y un poblado minero a principios del s XVI. Los frecuentes ataques de los piratas berberiscos en esta zona  propició la construcción de un castillo, el castillo de Los Alumbres, junto al camino de El Playazo, que hoy aún se mantiene en pie.

No se supo de la existencia de oro en Rodalquilar hasta finales del XIX. Se localizaron trazas de este preciado metal en el cuarzoextraído en la mina de Las Niñas, situada junto al pueblo del mismo nombre, hacia 1883. El cuarzo se  empelaba como fundente en las fundiciones de plomo de Cartagena y Mazarrón. El oro se encontraba diseminado en el cuarzo de la ganga (lo que se despreciaba), dificultando la amalgamación, lo que en un primer momento disuadió de su explotación.En 1925 se puso en funcionamiento la primera instalación metalúrgica aurífera de Rodalquilar, en la mina María Josefa, por la empresa Minas Auríferas de Rodalquilar S.A.

La explotación del oro y su recuperación se ha ido realizado mediante dos métodos diferentes, tanto lo que se refiere a la técnica de extracción de los minerales como a la de su recuperación.Así entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX el sistema deextracción en minas de interior, mediante la apertura de galerías y pozospermitía sacar sólo los filones cuarcíferos con oro de alta ley. En cambio durante la segunda mitad del siglo XX, la explotación evolucionó técnicamente de manos de la Empresa Nacional ADARO que se hizo con su concesión; se empleó a partir de ese momento un métodocombinado de explotaciones de interior, para el oro de alta ley, y cortas o canteras al exterior, para el oro de ley más baja. La mezcla de ambos productos permitía obtener leyes medias, óptimas para el tipo de planta de recuperación con la que se trabajaba.

Para el caso  de la recuperación del oro, durante las últimas décadas del siglo XIX y comienzos del siglo XX, se realizaba por medio de fundiciones en hornos de cuba  o reverberos obteniendo una amalgamación  de plomo rica en oro y plata. Así durante ese periodo los fundidores de plomo de Mazarrón empleaban el cuarzo aurífero, y con el escaso contenido en oro financiaban los gastos de transporte. En cambio, en  la segunda mitad del siglo XX la recuperación se realizaba ya por medio de hornos eléctricos, después de concentrar mediante lavados con soluciones cianuradas.

Durante la primera mitad del siglo XX se explotaron además varias canteras de andesitas piroxénicas para la producción de adoquines, con destino a las calles de Madrid, Valencia o Almería. Estas se situaron en el Cerro Romero, junto al Playazo, en el cerro Los Lobos, cerca de la Cala del Carnaje, y en la Punta del Bergantín.

Municipios: Níjar

Protección:

Protegido como Inmueble nº 37 del anexo de la Resolución de 7 de enero de 2004, de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se resuelve inscribir colectivamente con carácter genérico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz cuarenta y cuatro Bienes Inmuebles pertenecientes al Patrimonio Industrial relacionados con la minería de los siglos XIX y XX en la provincia de Almería (BOJA nº 29 de 12/02/2004).

Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Decreto 314/1987, el día 23 de diciembre.

http://mineriaypaisaje.com/rodalquilar/

El pantano de Isabel II de Níjar (Almería): paisaje, fondo y figura

El pantano de Isabel II de Níjar (1841-1857) es uno de los elementos de patrimonio hidráulico más espectaculares y, al mismo tiempo, menos conocido de toda España. Es uno de los pocos ejemplos de gran obra hidráulica emprendida en el s XIX, además de ser una referencia mundial ineludible de presas de arco-gravedad construidas de piedra.

Las primeras referencias de esta empresa se remontan a 1792 cuando se produce un encargo por parte de la duquesa de Abrantes. Desde este primer momento, ya se propone situar el pantano en la rambla del Carrizal del término municipal de Níjar, muy cerca del cortijo-barriada de los Tristanes y a unos 7 kms de la villa de Níjar por el camino de Lucainena. No es hasta 1821 cuando el visionario hidrológico almeriense Diego María Madolell constituye una primera compañía de propietarios “Regadíos de Níjar”, aprovechando un ambiente de exenciones fiscales para los promotores de obras hidráulicas favorecido desde la Corona

“En consecuencia de este convenio (Diego María Madolell) pasó á la ciudad de Cádiz y un 23.7.1821, escrituró la compañía bajo el título de Regadíos de Níjar, ante don Joaquín Rubio, con los señores D. Juan Antonio de Aramburu, D. Francisco Antonio de la Haza, D. Juan Bautista del Llano, D. Manuel María Nadal May, D. Juan Francisco Rivera y D. Agustín de Miaurio, quedando Madolell en ejecutar las obras con arreglo a las bases consignadas en el contrato. En seguida los expresados señores se constituyeron en esta villa de Níjar acompañados de sus respectivos facultativos, los cuales reconocieron, midieron y nivelaron el terreno, su extensa y feraz llanura, y conforme á sus dictámenes reunieron los fondos suficientes, los depositaron en este punto y compraron el cortijo y hacienda de Bibandamas, como parte del vaso del pantano, en la cantidad de 7.141 reales vellón como consta de la escritura otorgada en la misma villa ante el indicado escribano de ella en 15 de diciembre del mismo año”.

La invasión francesa de los Cien Mil Hijos de San Luis de 1823 así como el alto presupuesto que demandaba una infraestructura de estas características frenaron el proyecto. Es 1831 un año clave para el proyecto, pues se concede al Ayuntamiento de Níjar una Licencia Real para la construcción del pantano: “…el permiso para que en la cerrada de Tristanes, de este término, se construyese un estanque o pantaleta con el nombre de la entonces augusta Infanta Doña María Isabel Luisa, que actualmente reina, a fin de dar riego a las feraces tierras de estos campos…”.

Es en 1841 cuando Diego María Madolell, liberal y emprendedor, en un tercer y definitivo intento –favorecido por las altas ganancias de los años 40 en el sector minero–, constituye una sociedad privada de 2.142 acciones llamada “Empresa del Pantano”, después de recorrer las provincias limítrofes en busca de patrocinadores.

Ese año se acometen los primeros trabajos de cimentación del muro del pantano, con más intuición que previsión técnica, pues los primeros actos se produjeron sin planos ni memorias descriptivas, así como un presupuesto que auguraba el desastre: “Una obra cimentada en falso, como en adelante evidenciaremos por los mismos informes facultativos; obra que quizás no se habría llenado el vaso la primera vez cuando el empuje de las aguas la hubiera arruinado y en pos de ella la vida de muchas personas”.

Desde noviembre de 1841 hasta diciembre de 1842 se llevan gastados 182.548 reales. La mayor parte en obras, en principio, ajenas al objeto de la Empresa, como la construcción de un camino de 5,8 km que uniría la villa de Níjar con el mismo pantano que facilitaría el tránsito de operarios y caballerías; “no era donde debían invertirse los fondos destinados a la construcción del pantano”.

Es entonces cuando se encarga al arquitecto murciano Gerónimo Ros Giménez (1802-1885) la formación de los planos, así como un informe sobre el estado actual de las obras. La inspección la realizó el coronel de ingenieros José de la Cruz Muller; el ingeniero de minas fue José Ruiz de León y el contratista fue Emigdio Manuel Gil. Por otra parte, Diego Sánchez realizó los trabajos de aparejador, y el encargado de supervisar directamente lo que se construía –además de dirigir las obras auxiliares– fue Manuel Ramos.

En diciembre de 1842, una vez saneadas las cuentas de la Empresa, pagadas las deudas y aclarado el nuevo director técnico, es cuando se presagia un nuevo futuro más exitoso. Todo cambia, menos el administrador Madolell. El informe realizado por el nuevo equipo técnico así como los planos –hechos públicos el 15.9.1842– fueron examinados y aprobados por la Real Academia de San Fernando, institución de la que es miembro el arquitecto Gerónimo Ros Giménez.

Ante la ausencia voluntaria y por motivos laborales de Madolell, se encarga de la dirección de la obra el arquitecto que lo proyectó. Una de las primeras decisiones que tomó la nueva dirección técnica fue la destrucción de todas las obras falsas “hasta encontrar el suelo firme que sirve de fundamento”. Desde este tiempo hasta 1848, no se produce ninguna interrupción significativa en los ritmos de construcción de la presa. Pascual Madoz, en su Diccionario, se hacía eco del avanzado estado de los trabajos. El 13.7.1847, mediante una Real Orden, se declara al pantano de “utilidad pública” . Y mediante Real Decreto de 26.7.1849, la Reina soberana autorizó que el pantano llevase su nombre: pantano de Isabel II.

Debido a las constantes sequías (1848–1854), la aportación de la rambla del Carrizal resultó insuficiente para dotar al pantano de “aguas fijas”. En 1848 se inician unas obras –galerías o taladro– para traer agua desde una rambla cercana, llamada rambla Honda, trabajo que se encarga al ingeniero José Ruiz de León.

Según consta en comunicado de Francisco de P. Gálvez, representante del Departamento de Granada de la Empresa del Pantano de Níjar, que a su vez es portavoz del Comisionado general en Cartagena: “Terminada la obra del segundo aliviadero de superficie, ordenadas por Real orden de 26 de septiembre último, tengo el placer de manifestar a esa Junta para que lo haga a todos los interesados, que en 23 del actual han quedado cerradas las compuertas, con el fin de recoger las aguas de los primeros aluviones que se presenten. La inauguración de nuestra grandiosa obra, queda aplazada para la época de la primera junta general, en cuyo caso se efectuará con formalidades consiguientes y debidas al augusto nombre de S. M. Doña Isabel II, con que debe apellidarse.

Varios factores hicieron inviable el éxito de la empresa:

La falta de previsión empresarial y ambiciones desmesuradas. En 1845 se estimaba unas 100.000 fanegas –84.000 ha– las destinadas al regadío con las aguas del pantano. Un año después las previsiones rondaban las 20.835 fanegas –17.500 ha–. Lo cierto es que se estaba construyendo una infraestructura hidráulica para regar entre 4.000 y 6.000 fanegas.

El descontrol de los riegos, tanto por desconocimiento del terreno, por parte de los gestores del negocio, como por la falta de acuerdo sobre el sistema a emplear. El comisionado de Madrid, Hidalgo Tablada, proponía “balsadas” (sistema basado en la medida de capacidad), mientras otros proponían “módulos” (sistema basado en la medida del tiempo).

Finalmente, la obra del pantano resultó un éxito moderado no tanto por el muro de la presa, como por el canal del Campo. Los defectos eran evidentes, así como las obras ya mencionadas de rambla Honda. El agua se perdía en las filtraciones por los canales que la llevaban al campo regable debido a que no tenían un buen revestimiento sus paredes laterales.

Mala distribución de los gastos de desplazamiento que los representantes de cada departamento originaban, además de diversos cálculos equivocados respecto a las deudas.

Quejas vecinales: Los hacendados de los Tristanes –una cortijada cercana– se quejaban del incumplimiento de los acuerdos reflejados y expuestos anteriormente respecto al contrato de cesión de las aguas: “dichas balsadas se darán a los citados hacendados en el caso de que halla agua en el Pantano y en su defecto percibirán por los grifos las aguas que hoy disfrutan”. Los hacendados próximos a rambla Honda también se quejaban, por un lado, de las obras de la galería de dicha rambla, así como de la extracción de aguas de su zona regable por parte de la empresa; elemento con el que regaban sus tierras y abastecían sus hogares.

También hubo quejas relacionadas con los focos de infección comentados: “las evaporaciones y miasmas que se desprenden de la descomposición de las aguas y otros vegetales que existen en el citado Pantano, y que, llevando en sí gérmenes nocivos, originan las fiebres palúdicas que están padeciendo los referidos habitantes, causando éstas un número de víctimas considerable por carácter infeccioso (…); han contagiado a otros vecinos constituyendo un grave peligro para la salud de este vecindario (…). Que siendo el referido Pantano un foco permanente para la producción de paludismo, pues desde su construcción se halla sin limpiar, viéndose cubierto del fango que arrastran las ramblas y que se depositan en el fondo del mismo (…)”.

El pantano de Isabel II de Níjar (Almería): paisaje, fondo y figura. 2014, José Francisco García-Sánchez. Universidad Politécnica de Cartagena, Instituto de Estudios Almerienses. <http://www.iaph.es/phinvestigacion/index.php/phinvestigacion/article/view/44&gt;

1946 Níjar

1956 Níjar

1976 Níjar

1986 Níjar

El instrumento de planeamiento general vigente en el municipio está constituido por las Normas Subsidiarias de Planeamiento de ámbito municipal, aprobadas definitivamente por la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Almería en sesión celebrada los días 25 de abril y 2.5.1996. Como consecuencia de esta resolución fue elaborado un Texto Refundido que recibió la aprobación del mismo órgano autonómico en sesión celebrada el día 29.11.1996. El Texto Refundido de la normativa urbanística fue publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Almería nº 171 de fecha 5.9.1997.

Configuran igualmente el planeamiento general vigente el conjunto de modificaciones aprobadas por los distintos órganos urbanísticos en el periodo de vigencia de las Normas Subsidiarias. Desde la entrada en vigor de las Normas Subsidiarias de Planeamiento se han aprobado 134 modificaciones puntuales.

El municipio de NÍJAR cuenta como figura de planeamiento general con un PGOU que ha sido objeto de la siguiente tramitación:

      • Revisión de las Normas Subsidiarias de Planeamiento de Ámbito Municipal aprobadas definitivamente por Resolución de la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Almería, de fecha 25 de Abril y 2.5.1996.
      • Texto refundido de la revisión de las Normas Subsidiarias de Planeamiento de Ámbito Municipal aprobado por resolución de la Delegación Provincial de Almería de la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, de fecha 7.4.1997 y publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Almería nº 171 de fecha 5.9.1997.
      • Adaptación Parcial a las determinaciones de la ley 7/2002, de 17 de diciembre, de Ordenación Urbanística de Andalucía, del Texto Refundido de las Normas Subsidiarias de Planeamiento Municipal, aprobado por acuerdo del Pleno de la Corporación Municipal, en sesión celebrada con fecha 6.2.2009. (Boletín Oficial de la Provincia de Almería nº27 de fecha 27.4.2009.)
      • Corrección de errores materiales en el Documento de Adaptación Parcial, aprobado por acuerdo del Pleno de la Corporación Municipal, en sesión celebrada el 4 .6.2010. (Boletín Oficial de la Provincia de Almería nº 56 de fecha 23.3.2016)
      • Versión completa y actualizada de la cartografía del PGOU aprobado por acuerdo del Pleno de la Corporación Municipal, en sesión celebrada con fecha 6.3.2012. (Boletín Oficial de la Provincia de Almería nº 84 de fecha 3.5.2012).
      • Revisión Parcial del PGOU referida a la regulación y disposición de los suelos destinados a actividades productivas, aprobada en febrero de 2013, aprobada pro Resolución de la Delegación Provincial de Almería de la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, de fecha 13.2.2013. (BOJA nº 48 de fecha de 12.3.2014.)
      • Corrección de errores a la Versión Completa y Actualizada de la Cartografía del PGOU y a la Adaptación Parcial, aprobado por acuerdo del Pleno de la Corporación Municipal, en sesión celebrada el 25.1.2016. (Boletín Oficial de la Provincia de Almería nº 86 de 9.5.2016).
      • Configuran igualmente el planeamiento general vigente el conjunto de innovaciones aprobadas por los distintos órganos urbanísticos en el periodo de vigencia del planeamiento general.

  • El área de Cabo de Gata–Níjar se encuentra en el flanco sudoriental de la península Ibérica, en un espacio intermedio entre lo que se conoce como el Levante almeriense, que quedaría situado más en el lado oriental andaluz (con los municipios de Mojácar, Vera y Cuevas del Almanzora como principales localidades) y la propia aglomeración urbana provincial.

    En detalle, este espacio queda acotado en su mayor parte por la delimitación administrativa municipal de Níjar y Carboneras más una pequeña parte del lado oriental de la capital almeriense, donde se alcanza a través de la costa la urbanización de Retamar y a la que se añade un apéndice que se adentra hacia el interior entre la rambla de la Cañada de las Higueras y el barranco de la Curria. En el caso del municipio de Níjar solamente quedaría fuera del área que estudiamos el sector localizado sobre Sierra Alhamilla, al norte de la cabecera municipal, que es habitualmente un telón de fondo para gran parte de las escenas de interior. Por su parte, Carboneras en su totalidad entra a formar parte del ámbito y es consecuentemente su término municipal el que define el límite noreste.

    En la parte litoral, toda la línea queda remarcada por una continua sucesión de puntas y playas, ensenadas y pequeñas calas de arena fina con fondeaderos naturales que han servido en tiempos pasados y en la actualidad de refugio a navegantes. Entre los accidentes geográficos destacan, de oeste a este, las playas de Torre García, Amoladeras, del Charco, de Cabo de Gata y el propio Cabo de Gata en el golfo de Almería, mientras que en el flanco del levante continúan las puntas Baja, Negra, Colorada, Mónsul y Genoveses con sus correspondientes ensenadas y calas del mismo nombre en sus flancos orientales, el fondeadero de San José, puntas de la Hoya de la Torre, de Loma Pelada, del Esparto, del Barranco del Negro, de Piedra Negra, de la Polacra, las playas del Playazo y las Negras, las calas del Cuervo y de San Pedro, ya adentrándonos en el término de Carboneras las puntas de Javana, Chumba y del Plomo, la cala de Enmedio, punta y playa de los Muertos, de Carboneras, de la Galera y finalmente del Algarrobico en el extremo nororiental.

    Encuadre

    Internamente pueden ser distinguidos 3 espacios fundamentales en el área: los terrenos deprimidos del Campo de Níjar que se prolongan hasta la bahía de Almería, dando paso al segundo espacio, la llanura costera, y por último las sierras próximas al litoral mediterráneo. El primero se extiende por todo el valle de los ríos Artal y Hornillo, desde el límite con el término de Carboneras en el primer caso, hasta las playas de Torre García y Amoladeras en el municipio de Almería, a modo de dilatados pasillos naturales con dirección noreste–sudoeste que queda flanqueado por Sierra Alhamilla y los relieves abruptos de origen volcánico. En su interior, sólo destaca orográficamente La Serrata, cuya posición alargada siguiendo la misma dirección separa a ambos valles. Por su parte, el segundo espacio comprende aquellos terrenos que se encuentran al sur de La Serrata, alcanzando en este caso las playas de Torre García, de las Amoladeras, del Charco y de Cabo de Gata. Finalmente, el tercer espacio acoge las sierras del Cabo de Gata, de la Higuera y Cabrera, que se disponen consecutivamente desde las proximidades del cabo hasta llegar al término de Carboneras.

    Tal como se ha mencionado, el Campo de Níjar ha sido un corredor natural sobre el que históricamente se han trazado las vías de comunicación terrestre no sólo entre el Levante y el Poniente almeriense, sino también entre el resto de la costa mediterránea peninsular, evitando así los relieves abruptos de los sectores más sudorientales. De hecho, la autovía del Mediterráneo transcurre actualmente a lo largo de toda la llanura, partiendo de su plataforma distintos viales de menor jerarquía que enlazan con la cabecera municipal de Níjar, situada en las faldas de Sierra Alhamilla, y diversas pedanías que han crecido en las últimas décadas gracias a la implantación de los cultivos intensivos bajo plástico (El Viso, San Isidro de Níjar y Campohermoso).

    En el caso de la llanura costera, se encuentran igualmente otras pedanías como son El Barranquete, Albaricoques, Ruescas, Pujaire, Cabo de Gata o La Almadraba de Monteleva.

    Por su parte, en las sierras de Cabo de Gata, de la Higuera y Cabrera, el origen volcánico de los suelos y la aridez ha provocado la aparición de pequeñas y alejadas localidades con origen en cortijos con recursos hídricos y, consecuentemente, una mínima actividad económica que posibilitaba el asentamiento de la población, tales como El Pozo de los Frailes, Rodalquilar y Fernán Pérez. En el caso de la propia línea de costa, se observan lugares en los que los abrigos naturales de los acantilados han facilitado el atraque de las embarcaciones y la permanencia de población, convirtiéndose con el tiempo en los núcleos receptores de la demanda turística de sol y playa. Son los casos de San José, Isleta del Moro, Las Negras, Agua Amarga y la cabecera municipal de Carboneras.

    La red viaria se estructura entonces con la autovía A-7 como columna vertebral de la que parten otras carreteras de menor capacidad hacia el sureste. La principal de éstas es la que enlaza con Carboneras, la N-341, que dispone de una provincial, AL-5106, para acceder al poblado de Agua Amarga. Más al sur, las únicas vías que parten en dirección noroeste son las que acceden al núcleo de Níjar. Hacia el sureste salen otras dos carreteras bajo titularidad provincial directamente de la autovía, que son la AL-3106 que enlaza con Las Negras y Rodalquilar, y la AL-3108, que lleva a San José a través del Pozo de los Frailes. Ya en la fachada del Golfo de Almería destacan la AL-3201 y AL-3115 que llevan al poblado de Cabo de Gata y a La Almadraba de Monteleva. 

    Como se aprecia, la mayor parte de estas vías de comunicación parten de la autovía en dirección sureste, que es la disposición habitual debido a la mayor facilidad que ofrecen los relieves para desplegar las infraestructuras en estas direcciones. Sin embargo, aunque son menos, existen vías que conectan internamente este territorio. La más septentrional es la localizada en el llano del Campo de Níjar, la AL-3111, que hasta la construcción de la autovía era la carretera principal de tránsito entre uno y otro lado de la costa mediterránea, sin duda favorecida por la planicie. Pero en el entorno de las sierras, tiene especial interés la AL-4200, que desde El Pozo de los Frailes parte en dirección a La Isleta del Moro y Rodalquilar convirtiéndose así en la principal de vía de comunicación interna con dirección suroeste-noreste. 

    En la costa se estaba produciendo un incremente de la actividad turística de sol y playa, pero en este caso un tanto diferente a la modalidad que se venía desarrollando hasta el momento en otros sectores del litoral andaluz. Gracias al aislamiento que había sufrido esta parte de la costa, en parte por su ubicación en un extremo de la región andaluza, alejada de los grandes centros urbanos y por tanto con una necesidad mayor de tiempo de desplazamiento para acceder a sus playas, y también por la configuración intrincada de su frente litoral, con numerosos acantilados y recónditas calas, la franja marítima del Cabo de Gata quedó fuera de los objetivos urbanísticos. La calidad ambiental que conservaba el entorno y la tranquilidad de sus playas por la baja asistencia de veraneantes, atrajo a un sector de la población que buscaba un mayor sosiego aun a costa de disponer de menores servicios turísticos pero donde la inmersión en un paisaje natural era significativamente mas perceptible.

    El auge de esta actividad y la amenaza que constituía el posible desarrollo urbanístico para la conservación de los valores ecológicos existentes al igual que había ocurrido en las restantes provincias costeras, incluida la propia Almería, aceleró la declaración del Parque Natural Marítimo-Terrestre del Cabo de Gata-Níjar.

    Ello dio lugar a que las principales poblaciones de pescadores como Cabo de Gata, San José, La Isleta del Moro, Las Negras, Agua Amarga, la propia Carboneras y más recientemente poblaciones también del interior (El Pozo de los Frailes y Rodalquilar), desarrollaran sólo pequeños crecimientos urbanísticos que han mantenido por lo general la volumetría y el estilo arquitectónico de las edificaciones dentro de unos parámetros razonables. En ellos se localizan un destacado número de hoteles, restaurantes y camping a los que hay que sumar los alojamientos rurales que aprovechan las antiguas construcciones de cortijos y otras edificaciones aisladas y empresas dedicadas al turismo activo. De forma conjunta, todo ello ha servido para establecer un tejido empresarial lo suficientemente importante como para convertirse en la segunda fuente de empleo y riqueza del área, sólo superada por las actividades agrícolas del Campo de Níjar.

    Tal ha sido la importancia de dicha actividad, que el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar ha firmado la Carta Europea de Turismo Sostenible, cuyos principios más destacados son:

    • Implicar a todas las partes relacionadas con el turismo en el espacio natural y en su entorno, en la gestión y el desarrollo turístico del territorio.
    • Elaborar y aplicar una estrategia de turismo sostenible.
    • Proteger y promocionar el patrimonio natural y cultural del territorio, evitando un desarrollo turístico excesivo que ponga en peligro su conservación.
    • Garantizar la mejora de la actividad turística sin que por ello se reduzca la calidad de vida de la población local.
    • Controlar e influir sobre los flujos de visitantes para reducir los impactos negativos que pudieran generar.

  • Descripción sintética del carácter paisajístico

    Entre las principales características con las que cuenta el área del Cabo de Gata–Níjar destaca la naturaleza volcánica de sus sierras que, por su extensión (uno de los mayores territorios de Europa), ofrece una serie de geomorfologías y litologías particulares que al sumarse con una climatología árida igualmente inusual en el continente, dan como resultado la aparición de un paisaje de excepcional originalidad. Un entorno en el que la práctica ausencia de vegetación arbórea y la escasa vegetación arbustiva y herbácea permiten apreciar la piel desnuda de un terreno escarpado donde se intuye, incluso no siendo un experto geólogo, formas únicas que los observadores pueden percibir aun no conociendo sus orígenes.

    Estas condiciones físicas resultan agronómicamente muy negativas y durante muchos siglos sus tierras permanecieron incultas. Solo a partir de la Edad Media se introdujeron una serie de infraestructuras hidráulicas importadas desde las regiones áridas del norte de África (pozos, norias, aljibes, techos de casas planas para recoger el agua, etc.) que permitió establecer una serie de huertas en el entorno de las ramblas de mayor envergadura.

    En la costa se desarrolló una actividad pesquera que faenaba sobre las aguas próximas, donde el atún tenía también una importancia destacada al igual que en el resto del litoral de Andalucía. Con el tiempo estas comunidades de pescadores establecieron asentamientos permanentes que sirvieron de base para la red actual de población. Sin embargo, los constantes peligros que provenían del mar a través de los ataques de las tribus norteafricanas y, posteriormente, de la piratería, hicieron que por una parte el frente costero acogiera una red de fortificaciones militares para controlar y vigilar y, por otra parte, dicha actividad pesquera nunca terminara de ser una fuente de ingresos importante en el conjunto del área que estudiamos.

    En el interior de las sierras de Gata siempre había existido, desde época fenicia, una actividad minera que, si bien no era de gran importancia a nivel regional, si lo constituía en el interior de la comarca donde la agricultura y la ganadería no llegaban a rentar de forma destacada. Hoy en día aún existen algunas explotaciones mineras, pero la extensión que ocupan, el número de personas que en ella trabajan y su aportación a la economía local hace que sea una actividad marginal desde el cierre de las minas de oro de Rodalquilar en la década de 1970.

    Todos estos aspectos territoriales que se venían configurando desde la Edad Media habían permanecido inalterados hasta la segunda mitad del s XX. En este periodo se produce la introducción de dos componentes nuevos que modifican las condiciones heredadas, que son la implantación de la agricultura industrial bajo plástico en el Campo de Níjar y el turismo en la costa y las sierras de Gata.

    El primer hecho es el de mayor importancia territorial por la destacada actividad econó- mica que ha surgido y que ha permitido a la comarca pasar de ser una de las regiones más pobres de España a una de las más prósperas. Un hecho que desde el punto de vista del paisaje ha perjudicado a diversos factores naturales, entre los que destaca la sobre-explotación de los acuíferos y la pérdida de vegetación natural allá donde se implanta, pero también a otras facetas territoriales y patrimoniales como son la estructura parcelaria, la ampliación de los espacios cultivados sobre las laderas de las sierras próximas a través de bancales, modificando la red histórica de caminos y reduciendo sus dimensiones, deshabitando y eliminando muchas de las edificaciones rurales que servían para gestionar las tierras cultivadas y la escasa agua próximas a las ramblas, produciendo un abandono de las artes tradicionales rurales, etc.

    El sector turístico en el Cabo de Gata se incorpora relativamente tarde debido principal- mente a su lejanía respecto a los principales centros urbanos regionales y del resto peninsular. Pero también porque hasta la década de 1980 aún existían numerosos tramos de costa donde la densidad urbanística y de veraneantes no era excesiva. De modo que a pesar de contar con unas condiciones ambientales muy favorables para el desarrollo de la actividad turística de sol y playa, en un primer momento no se experimenta un crecimiento urbanístico similar al de otros sectores del litoral de Andalucía. Y sólo cuando aquellos fueron teniendo importantes niveles de urbanización y las infraestructuras viarias nacionales y regionales fueron cubriendo la totalidad de la región, se produce el despegue de la actividad turística en el interior de las sierras de Gata y en los núcleos costeros. Las numerosas películas que se rodaron en las dos décadas anteriores a los 80′ y que mostraban al público unos escenarios excepcionales que hasta el momento habían pasado inadvertidos para una parte de la sociedad, contribuyeron además a crear una imagen de lugar exótico, más próximo a las escenas de lugares lejanos del norte de África que al árido paisaje del extremo oriental de Andalucía.

    Los 80′ también coinciden con un cambio de mentalidad social hacia un nuevo espíritu ambientalista que reclama conservar los valores ecológicos y etnológicos originales que distinguían a cada territorio del resto, y ello se sumó igualmente a las fuerzas que llevaron en el año 1987 a incluir las sierras de Gata y su entorno marítimo en la lista de Espacios Naturales Protegidos con la figura de Parque Natural.

    De modo que salvo el Campo de Níjar, donde la agricultura bajo plástico ejerce un poderoso frente económico, especialmente intenso al ser una región que históricamente ha sufrido una marcada ausencia de producción agraria e industrial, el resto del territorio conserva, gracias a las nuevas restricciones y estudios para la conservación que impone la administración del Parque Natural del Cabo de Gata–Níjar, los valores ambientales, histórico-patrimoniales y escénicos que caracterizan a un paisaje de especial singularidad. Un contraste espacial entre2 ámbitos internos del área que la población percibe nítidamente debido a que los principales accesos al Parque Natural y los núcleos de San José, Rodalquilar, La Isleta del Moro o Las Negras, los más frecuentados por los turistas, se hace desde la autovía del Mediterráneo, y en ellos se pasa primero por el abigarrado cultivo bajo plástico de Campohermoso y San Isidro de Níjar, sumergiendo al viajero en el mar de plástico donde es fácilmente perderse por la falta de hitos, la homogeneidad de las estructuras agrícolas y el apantallamiento que ejercen los invernaderos situados excesivamente próximos a la carretera. Seguidamente, el ascenso a La Serrata se establece como un punto de inflexión, pues desde su altura se deja atrás la mancha de plástico y se comprende, con la visión general de todo este complejo, la magnitud e importancia que juega esta actividad en la economía comarcal. Pero además, una vez pasamos a la vertiente meridional, el paisaje se transforma profundamente, pasando a ser un territorio vacío de complementos, donde los protagonistas dejan de ser las construcciones o la vegetación, y ahora son los relieves desnudos, incapaces de mantener una cubierta vegetal a lo largo de todo el año, donde asoman pequeñas casas de techos planos acompañadas de alguna palmera y pitas junto a sus caminos. Un espacio de marcado carácter natural donde la mano del hombre no parece haber tenido apenas influencia.

    Entre los factores y elementos territoriales que mejor representan la singularidad de dicho territorio aparecen:

    • Un valle cubierto por una actividad agrícola pujante que ha innovado y creado a su alrededor un destacado tejido industrial para dar servicio a la producción en los invernaderos, a la manipulación de alimentos y a la exportación aprovechando la autovía del Mediterráneo. Se ha convertido en un proceso expansivo que ha creado una inmensa macha blanca sobre la totalidad del Campo de Níjar y, más recientemente, sobre las primeras laderas de Sierra Alhamilla y La Serrata, frenando su expansión sobre el mismo límite del Parque Natural. Ha trasvasado, además, el peso poblacional desde la cabecera municipal de Níjar a las pedanías de Campohermoso y San Isidro de Níjar.
    • Fuera del Campo de Níjar, encontramos formaciones geológicas únicas de muy diversa índole y relacionadas con la actividad volcánica y el crecimiento de atolones de corales marinos que ha llevado al Parque Natural a formar par- te de la Red de Geoparques Europeos.
    • Una vegetación igualmente singular adaptada a unas circunstancias hídricas de extrema aridez que hace concentrarse aquí un número muy elevado de endemismos. Pero además, los fondos marinos y la excelente calidad de las aguas, con ausencia de contaminantes y sedimentos en suspensión, han creado extensas praderas de posidonia, corales y una variopinta recopilación de especies acuáticas.
    • Un marcado vacío poblacional en el interior de las sierras de Gata, donde la población que venía cultivando y pastoreando estas tierras se concentraba en cortijos y pequeños núcleos próximos a fuentes de agua que se conservan o han sido rehabilitados para crear nuevos servicios de hostelería integrados en el paisaje de la comarca.
    • El estilo arquitectónico de los edificios se suma a la originalidad del paisaje, donde destaca, entre otros hechos, el predominio de casas encaladas con techos planos que recogen la escasa lluvia para almacenarla en aljibes con bóvedas de cañón para evitar la evaporación, o el reducido tamaño de las ventanas para mantener un interior sombrío que favorezca una temperatura más baja en los meses de verano.
    • Una escenografía que por las particularidades singulares del relieve volcánico, la aridez y un estilo arquitectónico con origen en los poblados del norte de África, contribuye a crear un paisaje exótico influenciado también por las películas, las cuales han aprovechado estos exteriores para reflejar escenas de territorios norte-africanos o del Oriente Próximo.
    • Un litoral abrupto donde los relieves volcánicos acceden hasta la misma orilla con caprichosas formas de lavas y coladas que crean un sinfín de formas y tonalidades, formando además en sus espacios deprimidos calas recónditas que atraen a turistas que buscan sentir la naturaleza en su estado prístino.
    • Y una serie de poblaciones pesqueras que, con la fortuna de haber estado fuera de grandes especulaciones inmobiliarias, presentan un perfil urbano suficientemente integrado en el paisaje, permitiendo la observación conjunta del mar, el pueblo y los relieves desnudos al fondo. Enclaves de gran atractivo turístico que han tomado la línea de crecer moderadamente con una arquitectura contemporánea minimalista inspirada en la tradicional, manteniendo los materiales y las tonalidades generales de las construcciones rurales para mejorar la experiencia y la calidad de la visita.

    Paisajes de Andalucía. A2-14 Cabo de Gata. Junta de Andalucía

 

Retoman el proyecto para construir un área comercial y viviendas en el acceso a playas de Genoveses y Mónsul (Almería)

ALMERÍA, 18 Nov. (EUROPA PRESS) – El Ayuntamiento de Níjar (Almería) ha retomado la tramitación del proyecto para construir un área comercial y residencial a la entrada de la pista forestal que da acceso a las playas de Genoveses, de Mónsul y de Cala Carbón y lo ha remitido a la Junta de Andalucía, que ha iniciado la evaluación ambiental de la innovación al planeamiento urbanístico que aprobó el pleno en 2014.

La resolución de la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación …Junta ve «incompatible» con el parque natural la construcción del hotel rural junto a la cala de San Pedro

ALMERÍA, 18 Ago. (EUROPA PRESS) – La Junta de Andalucía ha emitido un informe que señala que el proyecto presentado para construir un hotel rural de dos estrellas en el paraje de Los Ricardillos, junto al acceso a la cala de San Pedro, en Las Negras (Almería), es «incompatible» con los usos del parque natural de Cabo de Gata-Níjar.

Y el Algarrobico sigue en pie… El mayor delito urbanístico de nuestra reciente historia.

Muchas vueltas ha deparado la historia de estas tierras, unas veces pobres y olvidadas, y otras abundantes en fortunas (oro, turismo, plásticos…). Es el devenir natural del territorio, del inmenso territorio de Níjar, con sus poblamientos tan dispersos como en pocos sitios de la península. La erosión, la ausencia de agua, y otros, son males que avanzan despacio pero inexorablemente. Los visionarios del turismo cortoplacista han tenido ocasiones para hacer valer sus intereses, pero, la evidente prioridad conservacionista triunfa en el Campo de Níjar, o la Sierra y Parque de Gata, porque los valores a defender deben situarse sobre cualquier otro.

Níjar, con sus casi 29.000 habitantes, y sus escasas 12.324 viviendas, busca desesperadamente un resquicio en los planes de protección de espacios naturales, donde agarrarse para potenciar su «turismo», construir, edificar… Y ya se sabe, «…sólo dónde hubo podrá haber (edificación)». Las ruinas de edificaciones han alcanzado precios desorbitados, y la ausencia de infraestructuras urbanas, por la dispersión territorial es inasequible por un municipio con pocos recursos.

Y de la historia infame del Algarrobico, …con hojas arrancadas del planeamiento depositado en instalaciones oficiales, y otras circunstancias…, nos debe enseñar, que además, existe la gobernanza leal y eficiente, honesta y garante de lo público; y en este saco se incluyen registradores de la propiedad, notarios, concejales, secretarios y funcionarios, a quienes hemos otorgado, la Responsabilidad sobre la gestión del territorio, la Administración Pública.

«La Constitución Española de 1978 obliga a los poderes públicos a promover las condiciones necesarias y a dictar las normas precisas para la utilización racional de los recursos naturales y la protección del medio ambiente, y del patrimonio urbano y arquitectónico y el derecho a la vivienda. Todo ello respetando el principio de la función social de la propiedad, el justo reparto de beneficios y cargas y la participación de la comunidad en las plusvalías generadas por la acción urbanística de los entes públicos.»


Cada mercado es local.

Cada municipio tiene su singularidad.

Cada municipio se retrata en su parque residencial.


Seguiremos analizando en próximas entregas los 350 municipios mayores de España.